
“Conócete a ti mismo”[1]
El Yoga es una ciencia
práctica milenaria que busca el desarrollo espiritual de las personas a través
del autoconomiento interior. Para ello
se vale de distintas prácticas complementarias: psicofísicas –posturas y ejercicios respiratorios-, y mentales –concentración y meditación- permitiendo que el proceso
de despertar de la conciencia interior sea parte de un aprendizaje voluntario, gradual,
suave y de adentro hacia afuera. Es así como una práctica regular de Yoga puede
ayudarte a incorporar hábitos saludables y una mirada más espiritual de la
existencia. A medida que tú Ser Divino comienza a buscar alimentarse de mayor bienestar, armonía
y paz interior, aumentará tu poder interior para lograr los cambios que quieres realizar en tu vida, en tus relaciones familiares, sociales,
laborales y con el mundo natural y material que te rodea.
“Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. Mahatma Gandhi
El cambio de percepción debe
empezar primero por ti mismo. Observando minuciosamente la forma en que te relacionas
contigo mismo, con tu cuerpo, con tus pensamientos, con tus emociones. Mirar
hacia nuestro mundo interior puede doler, puede despertar temor, incluso resistencias
y negaciones; pero debemos confiar en nuestro maestro interior que con
paciencia y amor irá sanando, perdonando y dejando ir todo lo que ya no
necesitamos para nuestro desarrollo espiritual.
Darnos cuenta que ciertas
creencias heredadas, patrones culturales incorporados y algunos valores impuestos
socialmente (como el tener sobre el ser, el poder sobre el saber, el éxito
sobre la ética, lo individual sobre lo colectivo y lo material sobre lo
espiritual), ya no condicen con nuestro sentir, es un claro signo de que el
cambio de mentalidad está teniendo lugar.
Disfruta del viaje espiritual.
Tiene sorpresas maravillosas y mucho aprendizaje existencial
Así, con nuevos ojos se inicia
este camino espiritual que desandarás toda tu vida como un acto de plena
libertad. Eligiendo que pensar, eligiendo que sentir, eligiendo que hacer,
eligiendo a quién amar, eligiendo a qué le dedicas tu atención y energía.
Tomando en tus manos tu vida, que es responsabilizarte de tus propias
decisiones, acciones y las consecuencias que ella implica.
Vale equivocarse, tropezar
y caer, porque el camino espiritual tiene muchos obstáculos y muchos falsos
maestros intentarán distraerte. Por eso ve despacio y con determinación. Mantén
los ojos bien abiertos, sobre todo el de la intuición. Y pide a tu Maestro
Espiritual discernimiento para reconocer lo verdadero y bueno ante los ojos de
Dios. Ten fe en la sabiduría y buena voluntad de tu Maestro, permanece en la
misma sintonía de pensamiento y sentimientos que él. Olvídate de los resultados
y los milagros y bendiciones comenzarán a aparecer.