jueves, 18 de febrero de 2016

Cómo hacer el Movimiento del Leñador/Hachazo en Yoga





Nombre en Sánscrito: Kashtha Cchindana



Efecto: Descarga emocional

"Los ejercicios de descarga nos permiten sacar de nuestro corazón sentimientos y pensamientos que nos irritan, nos lastiman o nos ponen mal". David Lifar

Ideación: El ejercicio imita la acción de empuñar un hacha y enérgicamente dar un golpe. Mientras lo realizas, concéntrate en aquella actitud, sentimiento o pensamiento del cual necesitas liberarte. Deja ir todo aquello que te preocupa, que ya no necesitas y que te está molestando o haciendo sufrir de alguna manera. Tal vez solo sea que estás sobrexcitado por algún acontecimiento que todavía no ocurrió y ansias que suceda pronto. Este ejercicio también nos permitirá descargar ese 'exceso de adrenalina' y regresar más serenos a nuestro centro.

La forma en que respiramos es muy importante en todos los ejercicios de Yoga, pero sobre todo en los movimientos de descarga. Observa que la inhalación sea nasal y la exhalación bucal con sonido. Inhala al abrir el cuerpo hacia arriba y exhala al plegarte hacia abajo. Mientras estas en la interfase de relajación, aprovecha cada exhalación para aflojar y soltar... 


Técnica paso a paso:


(1).- Posición de Inicio: De pie con las piernas separadas un poco más del ancho de las caderas. Flexiona un poco las rodillas para proteger las lumbares. Observa que la pelvis esté centrada y la columna estirada hacia arriba. Los brazos extendidos hacia abajo y la mirada al frente.

 


(2).- Primer Movimiento: Empuña el hacha imaginaria: Inhalando por nariz, eleva los brazos por arriba de tu cabeza y entrelaza firmemente las manos -cómo si estuvieras agarrando un hacha muy pesada-. Extiende ligeramente el torso hacia atrás, empujando la pelvis hacia adelante. Retén la respiración un momento.

(3).- Segundo Movimiento: Corta la leña imaginaria: Exhala vigorosamente por la boca, emitiendo el sonido - ¡ja! -, mientras dejas caer tu torso hacia adelante, descargando el peso del hacha hacia abajo -como si dieras un golpe seco y fuerte para hacer el corte a la leña- . Los brazos entran por el espacio entre las piernas. Permanece con el torso hacia abajo por un momento, mientras los brazos quedan flojos oscilando hasta aquietarse. Relaja el cuello, la mandíbula, el torso... Respira profundamente. 

Variante rodilla flexionadas

Variante: Si tienes problemas en las lumbares, permanece con las rodillas flexionas y apoya las manos sobre los muslos en lugar de bajar completamente el torso.


Relaja todo el cuerpo

(4).- Tercer Movimiento: El Penitente: Luego, inhalando suavemente regresa a la posición de inicio. Con las rodillas microflexionadas, el mentón retraído hacia el esternón, la columna curva y los brazos sueltos. Comienza a incorporarte vertebra por vertebra hasta volver a la posición vertical -lo último que sube es la cabeza-.

Repeticiones: de 10 a 15 veces. 

Atención: Mantén los ojos abiertos mientras te mueves hacia abajo y hacia arriba para evitar marearte.



Precauciones:

  • Personas que sufren problemas cardíacos.
  • Personas con problemas en las vértebras cervicales, no llevar la cabeza hacia atrás.
  • Mujeres menstruando.


Beneficios:

  • Vigoriza y fortalece el cuerpo.
  • Dota de elasticidad a la columna vertebral.
  • Reduce la tensión del cuello y los hombros.
  • Produce bienestar y equilibrio emocional.
  • Reduce la grasa abdominal.

Fluye con tu respiración. ¡Namasté!

Texto: Natalia Calvo



Fuente: 
Lifar, David. Yogui Urbano. Ediciones Bergara - Argentina. 2010



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