La relajación consciente es una parte muy importante en la práctica de Yoga. Se practica mejor con los ojos cerrados y tumbado boca arriba -ya que en esta posición el cuerpo no necesita realizar ningún esfuerzo físico permitiendo relajar todos los músculos-.
Postura de Relajación |
Posición Inicial: Recuéstate en Savasana –postura del muerto-, cierra los ojos y observa los apoyos en la colchoneta, especialmente procura que tu columna esté completamente apoyada y alineada. Retrae levemente el mentón hacia el pecho para relajar el cuello y la garganta. Luego dirige tu atención a cada parte del cuerpo en forma ascendente, comenzando por los pies; sintiendo si todavía hay alguna tensión... y la relajas. Intenta permanecer inmóvil y no dormirte durante todo el ejercicio.
Primera Parte: Relajación Muscular
Toma conciencia de tu respiración, inspirando y expirando profundamente por nariz unas seis veces.
Después lleva tu atención a los pies. Tómate tu tiempo para sentirlos y después imagina y siente como pesan y se relajan; repítelo mentalmente: 'pesan y se relajan'.
Ve subiendo tu atención
llevándola hacia la antepierna y rodillas. Tómate tu tiempo para sentirlas
y después imagina y siente como pesan y se relajan... pesan y se relajan.
Sigue subiendo llevando tu
atención hacia los muslos, caderas, genitales, glúteos y cintura. Tómate
tu tiempo para sentirlos y después imagina y siente como pesan y se relajan...
pesan y se relajan.
Sigue subiendo llevando tu
atención ahora hacia el abdomen, pecho, espalda, hombros, brazos y manos.
Tómate tu tiempo para sentirlos y después imagina y siente como pesan y se
relajan... pesan y se relajan.
Sigue subiendo llevando tu
atención hacia el cuello, cada parte de la cabeza, músculos del rostro y cuero
cabelludo. Tómate tu tiempo para sentirlos y después imagina y siente como
pesan y se relajan... pesan y se relajan.
Vuelve a respirar
profundamente unas seis veces y siente cómo todo tu cuerpo pesa y se relaja...
pesa y se relaja.
Finalmente visualízate como
una unidad cuerpo-mente e invita a la mente a relajarse.
Tiempo: Practícala entre 5 y 15 minutos.
Segunda Parte: Visualización 'Luz Dorada'
Segunda Parte: Visualización 'Luz Dorada'
A continuación imagina una luz dorada y brillante que comienza a introducirse en tu mente.
Esa luz es totalmente revitalizante, de manera que siente como se despeja tu mente y se calma cualquier ansiedad.
Visualiza como esa luz va
bajando desde tu cabeza, a través de tu cuello, hombros, espalda, brazos y manos;
pecho, abdomen, cintura, glúteos y genitales, pantorrillas y muslos, rodillas,
antepierna, tobillos y finalmente pies.
Tómate todo el tiempo que necesites para visualizar como esa luz va inundando todas las partes de tu cuerpo y las revitaliza, despeja y equilibra. Volviéndote radiante como un sol.
Tómate todo el tiempo que necesites para visualizar como esa luz va inundando todas las partes de tu cuerpo y las revitaliza, despeja y equilibra. Volviéndote radiante como un sol.
Cuando hayas llegado a los
pies imagina y siente como esa luz dorada que recorre todo tu cuerpo, sale a
chorros por las plantas de tus pies.
Finalización: Para salir de la relajación trae tu conciencia nuevamente a la habitación donde te encuentras... Comienza a movilizar poco a poco tu cuerpo, gira los tobillos, mueve suavemente los dedos de las manos, lleva las rodillas al pecho y mécete desde la cintura hacia un lado y hacia el otro; hasta ir desperezándote del ejercicio y finalmente abre los ojos. El ejercicio de relajación ha terminado.
Tercera Parte: Estiramiento
de la Columna hacia las cuatro direcciones
Cuando lo sientas, levántate lentamente y estírate, especialmente la espalda. Eleva los brazos por arriba de la cabeza, junta las palmas e inclínate hacia la izquierda estirando el lateral derecho, luego estírate hacia el otro lado. Inclínate levemente hacia atrás y desde las caderas flexiónate hacia adelante. Relaja toda la columna vertebral, deja que el torso caiga por la fuerza de gravedad. No intentes tirar, porque volverás a tensar los músculos y estamos buscando preservar el estado de relajación. Incorpórate vertebra a vertebra, lo último que sube es la cabeza.
Fluye con tu práctica. ¡Namasté!
Texto: Natalia Calvo
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