viernes, 30 de septiembre de 2016

El Equilibrio Óptimo entre Estrés y Relajación (*)


El estrés es un estado psicológico y fisiológico; que se dispara ante una situación de tensión y que requiere una respuesta adaptativa de la persona para ajustarse a esa situación.
Según las investigaciones del Dr. Hans Seyle, si un estado de estrés se vuelve crónico produce el debilitamiento de la salud psíco-física y la persona se vuelve más vulnerable hacia muchas enfermedades.

Para mantener un estado alto de bienestar, se hace necesario encontrar el equilibrio óptimo entre dosis de estrés y de relajación. Al final de este artículo te comparto una técnica yogui muy útil para manejar el estrés; como lo es la relajación guiada –en un ejercicio donde evocaremos la imagen de la sonrisa-.



¿Qué es el Estrés?


El estrés es parte de nuestras vidas. En el día a día nos encontramos interpelados por muchos estímulos estresantes que requieren un ajuste, un intento más o menos eficaz para superar esas exigencias. Por ejemplo: cuando sentimos frío, nos abrigamos o buscamos un lugar cálido para cobijarnos. Pero a veces, -sin ser conscientes- estamos ante estímulos que requieren de nosotros un gran esfuerzo, y cuando estos tensores se sostienen en el tiempo, pueden producir daños físicos y psíquicos; entrando en una crisis o fase de agotamiento.


Tipos de Estrés y Situaciones Estresantes


Existen determinados eventos que no son necesariamente negativos, por ejemplo: las celebraciones -ya sea que nos inviten a una fiesta o que nos emocionemos por un gol de nuestro equipo favorito-, que tengamos una entrevista de trabajo o que recibamos la buena noticia de que nos ascienden a un puesto más importante.

Hay estudiantes que sienten un gran estrés al iniciar cada ciclo lectivo, o ante un exámen. Y este hecho puede ser un estímulo motivador o desalentador. Todo va a depender de cómo lo interprete la persona y qué estrategias utilice para manejar la situación: podrá luchar, huir, o redefinir la situación de manera positiva.
No importa en realidad si el estresor es positivo o negativo. La respuesta del organismo ante el estrés es la misma, lo que varía es la dosis e intensidad de estrés y cómo canalizamos la descarga de esa energía. 
También podrían despertar una señal de alarma, situaciones cotidianas inesperadas, como el simple hecho de no encontrar nuestro teléfono celular.

Otro caso generador de estrés podría ser cuando a la situación inesperada la interpretamos como amenazante para nuestro bienestar, por ejemplo: si vemos una serpiente seguramente se activará la respuesta biológica del estrés que nos permitirá ponernos a salvo. Sentiremos frío en el estómago, que las manos se enfrían también, que el corazón empieza a latir más rápido y que los músculos se tensan -listos para salir corriendo-. Hasta aquí, el estrés es un amigo, puso en movimiento todo nuestro mecanismo defensivo para protegernos del supuesto peligro.

Entonces, ¿cuando deja el estrés de ser un aliado para convertirse en nuestro enemigo?

Es simple: cuando la reacción del organismo no tiene descarga y acumulamos tensión compulsivamente.
Volvamos al ejemplo anterior. Supongamos que yo le tengo un miedo pavoroso a las serpientes. Y veo una enroscada entre mis cosas, en ese preciso momento se disparan todos los síntomas del estrés. Inmediatamente después del susto me doy cuenta de que lo que ví no era una serpiente sino una soga trenzada. ¡Uy, qué alivio! ¿no? Mis músculos se van a relajar, la angustia comenzará a disiparse y mi corazón poco a poco vuelve a su ritmo normal. Y muy probablemente pocos minutos después yo retomaré nuevamente la actividad que estaba haciendo. ¿Todo está igual que antes? Pues, no. La tensión acumulada durante ese momento de estrés no ha sido descargada.


¿Qué relación existe entre el Estrés y otras enfermedades?


Durante el periodo de estrés nuestro cuerpo segrega hormonas -principalmente la hidrocortisona y la adrenalina- que al no ser utilizadas para el fin que fueron generadas: luchar o huir, se incorporan al sistema y rompen el metabolismo natural del organismo. Este desequilibrio repercutirá en la parte del cuerpo u órgano más débil que tengamos. Es por eso que el estrés está relacionado con tantas enfermedades: hipertensión, úlceras, psoriasis, asma, etc. Y va a depender de la forma en que cada persona somatiza ese exceso de estrés. Y aunque el estrés no suponga la causa directa de estas enfermedades, sí produce en todos los casos debilitamiento inmunológico y vulnerabilidad hacia muchas enfermedades.


¿Cómo puede ayudar el Yoga a gestionar el Estrés?


De muchas maneras. El Yoga cuenta con un amplio abanico de técnicas respiratorias, de posturas físicas y también "posturas mentales" -más receptivas a las señales del cerebro- que facilitan la liberación de la tensión corporal y mental y propician la entrada a un estado de relajación consciente. Shaithiya es el término sánscrito que se utiliza en Yoga para designar este estado de relajación y quiere decir 'aflojar', 'soltar'. 
El manejo del estrés se consigue en gran parte por el equilibrio entre estrés y relajación. 
Como vimos el estrés no es necesariamente perjudicial, lo que suele ocurrir es que después de un episodio tenso o agotador; no nos tomamos el tiempo necesario para recuperarnos. Y la relajación puede ser decisiva en la eliminación de las tensiones residuales, causadas por una dosis excesiva de estrés. Sin el descanso adecuado, ni el cuerpo ni la mente se pueden recuperar para resistir nuevo estrés.

Existen muchos ejercicios de relajación, el que elegí para hoy tiene que ver con el poder la sonrisa. Cuando sonreímos el cuerpo genera una hormona: la endorfina –también la llaman la hormona del placer-. Con el gesto de la sonrisa –esa curva hacia arriba que dibujamos con nuestros labios-, ocurre algo curioso: le estamos mandando un estímulo positivo al cerebro; y este responde con empatía hacia nuestra sonrisa, devolviendonos sentimientos de felicidad, distensión y lucidez; y así comenzamos a relajarnos, a tranquilizarnos...


Procedimiento de la Sesión de Relajación:


Advertencia: Si bien la práctica de visualización no es lesiva per se, está contraindicada para personas que padecen problemas mentales graves, personas que tienen dificultades para distinguir entre la fantasía y la realidad y/o experimentan alucinaciones.

#1.- Posición Corporal: Ponte cómoda/cómodo, en tu asiento o si prefieres acuéstate boca arriba. Cualquier posición corporal que adoptes debe sentirse confortable para que puedas relajarte sin que las molestias del cuerpo te distraigan después. Tómate estos primeros segundos del ejercicio para ajustar la posición todo lo que necesites... Cierra los ojos... 

#2.- Observa tu Respiración: Toma aire lentamente por la nariz y sigue su recorrido hacia la garganta y luego hacia el diafragma. Siente cómo tu abdomen y tu pecho se expanden... este movimiento en natural e involuntario, forma parte de la función respiratoria, no lo exageres -inflándote como una pelota-. Exhala lentamente por nariz, siente cómo todo tu cuerpo se afloja a medida que vacías el aire.

#3.- Respiración Profunda y Rítmica: Continua respirando lentamente por nariz contando mentalmente cuatro tiempos al inhalar y cuatro tiempos al exhalar.
  
Inhala, om 2, om 3, om 4... Exhala, om 2, om 3, om 4.
Inhala, om 2, om 3, om 4... Exhala, om 2, om 3, om 4.
Inhala, om 2, om 3, om 4... Exhala, om 2, om 3, om 4.
Siente cómo te relajas a medida que tu respiración se vuelve más tranquila y profunda.
Inhala, om 2, om 3, om 4... Exhala, om 2, om 3, om 4.
Inhala, om 2, om 3, om 4... Exhala, om 2, om 3, om 4.
Inhala, om 2, om 3, om 4... Exhala, om 2, om 3, om 4.

#4.- Relajación Corporal: Imagina que una ola de relajación se extiende por todo tu cuerpo... de abajo a arriba y de arriba a abajo... y te envuelve...

Lleva tu atención hacia la mandíbula, relaja la mandíbula, deja que la boca se abra y los dientes se separen ligeramente... permite que tus labios dibujen una sonrisa... una sonrisa amable que invita también a sonreír a tus ojos y al resto de tu rostro...

#5.- Visualización 'El Poder de la Sonrisa': Sin cambiar la expresión de tu rostro, evoca lo que sientes cuando sonríes... el gozo que viene con una sonrisa... y haz crecer esa sonrisa radiante y abierta... 
Lleva el sentimiento de la sonrisa desde tu cerebro hasta el corazón y deja que tu imaginación se recree en ese punto... Sonríele a tus pulmones y al espacio que se encuentra entre los omóplatos... Extiende el sentimiento hacia tus brazos y llevalo hasta la punta de los dedos de tus manos.
Ahora, dirige el sentimiento de la sonrisa hacia la zona abdominal... Sonríele a tus órganos digestivos y reproductivos, a tus lumbares y a la pelvis... lleva ese sentimiento también hacia tus piernas y pies...
Finalmente... siente todo tu cuerpo como una gran sonrisa amplia y radiante...
Siéntete como la encarnación de una sonrisa... todo tu ser renovándose, vibrando por la presencia de una sonrisa... Cada célula de tu cuerpo sonríe...

Permanece aquí por unos minutos, sosteniendo la llama viva de esa sonrisa. 

#6.- Finalización: Agradece a tu sonrisa interior el haber nutrido a cada célula de tu cuerpo y déjala ir. Vuelve a conectar con tu respiración... Inspira profundamente... Espira lentamente... Comienza a movilizar suavemente tu cuerpo... y cuando lo decidas, abre los ojos... El ejercicio de relajación ha terminado.   


¿Te has sentido más relajada-o al hacer el ejercicio? ¿Pudiste sentir que tu respiración se hacía más profunda a medida que te relajabas? ¿Pudiste evocar el sentimiento de la sonrisa en todo tu cuerpo? Algunas prácticas de Yoga –cómo esta- pueden ser muy relajantes, incluso alegres. 


Fluye con tu práctica. ¡Namasté!

Texto: Natalia Calvo


Bibliografía:
  • McCall, Timothy. Yoga & Medicina. Ed. Paidotribo. Badalona-España. 2010
  • Puliti, Atilio Raúl. El Manejo del Estrés. Ed. Kier. Buenos Aires-Argentina. 1988

(*) Éste articulo fue preparado para una entrevista realizada en el programa Radiografías 2016 de Radio Universidad Tucumán (FM 94.7 Mhz), el 03 de septiembre de 2016.

¡Muchas Gracias a Carla Correa por la invitación!





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